Corea del Sur se encuentra en la vanguardia de la innovación tecnológica en un mundo que enfrenta desafíos demográficos cada vez más complejos. Con una tasa de natalidad de apenas 0,78 hijos por mujer en 2022 y más del 20% de su población mayor de 65 años, el país ha sido declarado oficialmente una sociedad «superenvejecida». Este fenómeno ha dejado un vacío en la fuerza laboral que está siendo llenado, en gran medida, por la tecnología.
Un ejemplo emblemático de esta transición se encuentra en las afueras de Seúl: el edificio 1784 de Naver. Este espacio, apodado como el «primer edificio amigable con robots del mundo», no solo es un banco de pruebas para la integración de robots, sino que también ofrece un modelo de cómo las máquinas pueden colaborar con los humanos para transformar el trabajo.
El Edificio 1784: un laboratorio para la Inteligencia Artificial y la robótica
El edificio 1784 de Naver, que debe su nombre al inicio de la revolución industrial, es mucho más que una torre de oficinas. En este innovador espacio trabajan alrededor de 4.500 empleados, quienes comparten su día a día con más de 120 robots llamados Rookies.
Los Rookies son robots de reparto diseñados para realizar tareas cotidianas como entregar correos, bebidas, almuerzos y pequeñas compras directamente en los escritorios de los empleados. Equipados con ruedas, reconocimiento facial y letreros parpadeantes que indican qué llevan, estos robots se deslizan suavemente por rutas designadas, evitando colisiones gracias a un sistema de control alojado en Naver Cloud, que ha creado un mapa digital completo del edificio.
Una de las características más sorprendentes del edificio son los Roboports, ascensores especialmente diseñados para que los Rookies puedan moverse entre los 36 niveles del edificio de forma autónoma. Además, los investigadores de Naver están trabajando en cuestiones de «etiqueta robótica», como la distancia ideal a la que un robot debe detenerse al cruzarse con un empleado o su ubicación óptima dentro de un ascensor compartido con humanos.
Esta convivencia armoniosa entre robots y humanos es posible gracias a la planificación meticulosa del entorno y al desarrollo de tecnologías que optimizan la interacción. Además, el edificio integra otros avances de inteligencia artificial, como asistentes virtuales que ajustan la iluminación o la ventilación en las salas de reuniones, chatbots que informan sobre los menús y tiempos de espera en la cafetería, y software de IA que gestiona registros médicos en una clínica interna.
Corea Del Sur: líder mundial En robótica
Según la Federación Internacional de Robótica (IFR), Corea del Sur es el país con la mayor densidad de robots en el mundo, con 1.012 robots por cada 10.000 empleados en sus fábricas, más de seis veces la media global. Este nivel de adopción tecnológica es una respuesta directa a la escasez de mano de obra causada por su envejecimiento poblacional y baja natalidad.
Los robots no solo están presentes en fábricas, sino también en restaurantes, aeropuertos y oficinas. Ya es común ver máquinas limpiando pasillos, sirviendo mesas o barriendo aceras en las principales ciudades del país. En este contexto, el edificio 1784 de Naver se erige como un símbolo de lo que podría ser el futuro de los espacios laborales.
Rookies: los ayudantes del futuro
Los Rookies representan una solución práctica a las limitaciones humanas. Su diseño no solo busca eficiencia, sino también integración. Equipados con inteligencia artificial, estas máquinas no necesitan supervisión constante, ya que pueden identificar a los empleados mediante reconocimiento facial y navegar por el edificio de manera autónoma.
En un entorno laboral que respalda semanas de 52 horas y estándares estrictos de salario mínimo, la introducción de robots como los Rookies ha permitido a las empresas optimizar la productividad y redistribuir a los trabajadores humanos hacia tareas más estratégicas, como el diseño, la planificación y la gestión.
Sin embargo, no todo son ventajas. Un estudio realizado en 2024 en la ciudad de Changwon por la Corporación del Complejo Industrial de Corea reveló que el 41% de las pequeñas empresas tienen dificultades para costear la automatización robótica, lo que está ampliando la brecha entre grandes fabricantes y pequeñas fábricas.
El entusiasmo de Corea del Sur por los robots también ha generado debates sobre el impacto social y ético de su adopción. A pesar de la integración positiva en empresas como Naver, muchas pequeñas y medianas empresas enfrentan barreras económicas para implementar estas tecnologías.
Además, aunque hasta ahora no ha habido conflictos laborales significativos relacionados con la llegada de robots, el desafío a largo plazo será garantizar que la tecnología complemente, en lugar de reemplazar, el talento humano.
En este sentido, el gobierno surcoreano y empresas privadas están invirtiendo en programas de capacitación para que los trabajadores adquieran habilidades tecnológicas avanzadas, permitiéndoles colaborar de manera efectiva con robots y adaptarse al nuevo entorno laboral.
Una lección para el mundo
Corea del Sur está escribiendo un capítulo fundamental en la historia de la interacción humano-robot. Desde el innovador edificio 1784 de Naver hasta la integración de robots en fábricas, oficinas y espacios públicos, el país está demostrando cómo las máquinas pueden desempeñar un papel esencial en la resolución de desafíos demográficos y económicos.
Para otras naciones, el modelo surcoreano ofrece una valiosa lección: la clave para integrar robots en la sociedad no solo radica en la tecnología, sino también en la planificación, la inversión en infraestructura y la educación de la fuerza laboral.
Con el tiempo, Corea del Sur podría convertirse en el referente global de cómo los humanos y las máquinas pueden trabajar en armonía, construyendo un futuro laboral más inclusivo, eficiente y sostenible.
El edificio 1784 de Naver no es solo una obra de arquitectura avanzada, sino un laboratorio viviente de lo que podría ser el futuro del trabajo. Con robots Rookies entregando café y tecnología de inteligencia artificial optimizando cada aspecto de la vida laboral, Corea del Sur está liderando una revolución tecnológica que promete transformar nuestra relación con las máquinas.
A medida que el resto del mundo se enfrente a retos similares de envejecimiento poblacional, la experiencia surcoreana será clave para entender cómo podemos aprovechar la tecnología para mejorar nuestras vidas y construir una sociedad más equilibrada.
