La impresión 3D, una vez confinada a los laboratorios de investigación y a las líneas de producción industrial, ha encontrado un nuevo y emocionante terreno en la industria alimentaria. Esta tecnología, que permite la creación de objetos tridimensionales a partir de diseños digitales, está abriendo puertas a innovaciones culinarias sin precedentes. Uno de los ejemplos más recientes y fascinantes de esta tendencia es la introducción del bacon impreso en 3D por esta empresa española.
Alimentos Plant Based
Los productos basados en plantas están transformando la industria alimentaria. Varios países europeos, incluidos Alemania, Países Bajos y Austria, ya ofrecen una amplia variedad de estos alimentos en sus supermercados, y los consumidores los consideran una opción saludable frente al consumo excesivo de carne. En estas naciones, es posible hallar alternativas a base de plantas que imitan el atún, el salmón o el cerdo, con sabores y texturas sorprendentemente similares a sus contrapartes animales. En contraste, países como España están en las etapas iniciales de adopción de estos productos innovadores. Por ello, empresas como Cocuus y Foodys están liderando el impulso hacia el consumo de estos alimentos entre la población española, siendo precursores en el mercado español con alternativas vegetales a la carne, como el bacon impreso en 3D.
En los últimos años, Foodys ha introducido al mercado una variedad de productos como hamburguesas y nuggets elaborados con ingredientes vegetales, buscando replicar los sabores y texturas de sus equivalentes cárnicos. Su objetivo es ofrecer una alternativa vegetal a la carne, contribuyendo así a la sostenibilidad. Aunque todos los productos de Foody se derivan de plantas, la estrategia de Cocuus es más diversa. Esta compañía se especializa en la impresión 3D en cuatro áreas distintas: desde la creación de carne a base de plantas, células, o carne real, hasta lo que denominan «softmimic», que son purés diseñados para asemejarse a los alimentos reales. Gracias a la colaboración de estas dos empresas, ha sido posible el desarrollo del innovador bacon impreso en 3D.
Comienzos de la innovación entre Cocuus y Foody
Hace algunos meses, las compañías Cocuus y Foody unieron fuerzas para iniciar un proyecto ambicioso: establecer la primera planta de bioimpresión 3D a escala industrial del mundo, dedicada a alimentos basados en plantas. Si bien empresas como REVO FOODS también están avanzando en la producción a gran escala de alimentos vegetales impresos en 3D, ninguna ha desarrollado una planta de producción del calibre de la emprendida por Cocuus y Foody. Este proyecto ha demostrado un aspecto crucial: la producción de bacon impreso en 3D requiere menos recursos y genera menos contaminación. Reforzando esta idea, desde Cocuus destacan: «En solo cinco minutos, somos capaces de replicar la cantidad de bacon que se obtendría de dos cerdos en toda su vida».
Las tecnologías y procesos detrás de la impresión de alimentos de Cocuus
- Tecnología Meatbased: Esta área se centra en el desarrollo de tecnologías avanzadas para el reaprovechamiento y revalorización de los excedentes de carne en la industria. El enfoque está en maximizar la eficiencia y reducir el desperdicio en la cadena de producción de carne, aportando soluciones sostenibles y responsables.
- Innovación en Plantbased: En este campo, trabajan en el diseño de nuevos productos veganos análogos, implementando tecnologías de producción de última generación. La meta es crear alternativas vegetales que sean sostenibles, deliciosas y nutritivas, satisfaciendo las necesidades de un mercado en crecimiento.
- Investigación en Cellbased: Se investigan nuevos procesos de fabricación industrial para células biocultivadas. Este enfoque representa un avance significativo en la producción de alimentos, explorando métodos innovadores para cultivar células en laboratorio que puedan servir como alternativas sostenibles a la carne tradicional.
- Desarrollo en Softmimic: Esta división está dedicada a desarrollar procesos disruptivos para la producción de purés que imitan alimentos reales. Con un enfoque en la simulación precisa de texturas y sabores, esta tecnología busca crear productos que no solo sean apetecibles sino también nutricionalmente valiosos.
¿Cómo se imprime el bacón en 3D para poder comerlo?
El bacon impreso en 3D es el resultado de años de investigación y desarrollo en el campo de la ingeniería de alimentos. La textura, el sabor y la nutrición pueden ser personalizados según las necesidades o preferencias de los consumidores, abriendo un mundo de posibilidades para dietas personalizadas y alternativas alimenticias sostenibles.
Para entender el fenómeno del bacon impreso en 3D, es esencial comprender la ciencia que lo respalda. Esta tecnología utiliza ingredientes comestibles en lugar de los tradicionales plásticos o metales para «imprimir» alimentos en capas. La impresión 3D de alimentos funciona mediante la deposición de capas de material comestible, que pueden ser mezclas de proteínas, carbohidratos, grasas, y otros nutrientes, siguiendo un diseño digital específico. Esto permite no solo replicar texturas y sabores, sino también personalizar los componentes nutricionales, adaptándolos a dietas específicas o necesidades de salud.
El lanzamiento del bacon impreso en 3D en los supermercados españoles marca un hito importante. España, conocida por su rica cultura culinaria y su amor por el bacon tradicional, se convierte así en un campo de pruebas para la aceptación de alimentos impresos en 3D por parte de los consumidores. Este producto no solo atrae a aquellos interesados en alternativas sostenibles de alimentos, sino también a los entusiastas de la tecnología y la innovación culinaria.
Beneficios de la impresión 3D en la industria alimentaria
La impresión 3D de alimentos ofrece múltiples beneficios. En términos de sostenibilidad, reduce el desperdicio de alimentos al utilizar solo la cantidad necesaria de ingredientes. También promueve una producción más eficiente y menos dependiente de recursos como agua y tierra, crucial en el contexto del cambio climático y la escasez de recursos. Además, ofrece una alternativa a la producción de carne tradicional, que es uno de los mayores contribuyentes a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Otra de las mayores ventajas de la impresión 3D de alimentos es la capacidad de personalización. Esta tecnología abre las puertas a alimentos adaptados a necesidades dietéticas específicas, como restricciones de alérgenos, preferencias veganas o vegetarianas, y requerimientos nutricionales personalizados. La personalización va más allá del sabor y la textura, llegando a aspectos nutricionales y de salud, lo que representa un cambio significativo en la industria alimentaria.
A pesar de sus beneficios, la impresión 3D de alimentos enfrenta varios desafíos. La aceptación por parte de los consumidores es uno de ellos, ya que muchos aún son escépticos sobre la idea de alimentos «impresos». Además, la regulación de estos productos en términos de seguridad y calidad alimentaria es un terreno aún en desarrollo. Por último, la producción a gran escala y la integración de estas tecnologías en las cadenas de suministro alimentario existentes son desafíos logísticos y económicos que aún están por superarse.
El bacon impreso en 3D en supermercados españoles no es solo un producto novedoso; es un símbolo de cómo la tecnología puede revolucionar la forma en que producimos y consumimos alimentos. A medida que la tecnología avanza y supera los desafíos existentes, es probable que veamos más innovaciones como esta, llevando la impresión 3D desde el ámbito de la manufactura hasta nuestras mesas de comedor.